manifiesto de los intelectuales, profesionales y estudiantes

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manifiesto de los intelectuales, profesionales y estudiantes
MANIFIESTO DE LOS INTELECTUALES, PROFESIONALES Y ESTUDIANTES GUINEOECUATORIANOS A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL ANTE LA HUELGA DE HAMBRE DE JUAN TOMAS AVILA LAUREL En el Exilio, 11 de Febrero de 2011 Desde que Guinea Ecuatorial, nuestro país, obtuvo la independencia el 12 de octubre de 1968, los guineoecuatorianos no hemos disfrutado ni de un día de libertad. El primer presidente, Francisco Macías Nguema, instauró un régimen sanguinario y despótico durante once años, cuyas consecuencias fueron el asesinato de miles de compatriotas, el exilio de más de un tercio de la población, la devastación de los recursos económicos, la aniquilación del Estado, la imposición del tribalismo como doctrina política y social, y la sañuda persecución de cuanto significara cultura y progreso. El 3 de agosto de 1979, el entonces viceministro de Defensa, el teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, sobrino del presidente, derrocó a su tío mediante un golpe de Estado; dicha acción fue acogida con alivio y esperanza, al prometer restaurar las libertades, construir un Estado de derecho, lograr la reconciliación nacional y promover el desarrollo económico y social. Casi 32 años después, es manifiestamente notorio que el país no se ha desarrollado, a pesar de sus ingentes recursos naturales (hidrocarburos, minerales, pesca, madera…), que son acaparados únicamente por el presidente y su entorno, por lo cual Guinea Ecuatorial es considerado uno de los países más corruptos del mundo. En este largo período, el mandato del general Teodoro Obiang Nguema se caracteriza por su violencia institucional, que ha llevado a la muerte a centenares de personas; el último episodio se produjo el pasado 21 de agosto, cuando ordenó fusilar a cuatro opositores secuestrados meses antes de su refugio en un país vecino; el secuestro y asesinato sistemático de refugiados ecuatoguineanos en el exterior; la tortura como uso “habitual” en el país, según recoge un informe reciente del Relator de Naciones Unidas sobre la Tortura; la ausencia de las más elementales libertades de expresión, manifestación, reunión y asociación; no hay seguridad jurídica para los ciudadanos, nacionales o extranjeros, y todo el sistema judicial –
designado por el presidente‐ participa de la corrupción estructural instalada en el país; en definitiva, Guinea Ecuatorial se ha convertido en un “reino” donde la arbitrariedad y la conculcación sistemática de los Derechos Humanos son moneda corriente. En sus casi 32 años de gobierno, no se ha instaurado un verdadero régimen democrático, pues el gobernante Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), fundado por el presidente, actúa en la práctica como partido único; no hay desarrollo social, pues el país carece de hospitales dignos y suficientes, escuelas y maestros, viviendas y transportes, e incluso de servicios elementales como luz eléctrica, agua corriente y saneamiento ambiental. Pese a ser el tercer productor de petróleo y gas natural del África Subsahariana, Guinea Ecuatorial sigue figurando entre los países más pobres del mundo. Según diversas ONGs y organismos internacionales, el 10 % de la población acapara el 85 % de la riqueza nacional. No sólo no se fomentan el saber y la cultura, sino que desde el poder se priman la ignorancia y la brutalidad. De este modo, podemos asegurar que la mayoría de los cuadros profesionales –profesores universitarios, ingenieros, arquitectos, médicos, periodistas, etc.‐ se encuentran en el exilio, imposibilitados de poner sus conocimientos y experiencia al servicio del desarrollo de su país. En sus 32 años de gobierno, el presidente Teodoro Obiang no sólo no ha acometido la necesaria reconciliación nacional, sino que sus acciones tienden a fomentar las rivalidades étnicas. En estos 32 años de mandato, el presidente Teodoro Obiang se beneficia de la pasividad de la Comunidad Internacional, que sólo ansía explotar los recursos naturales del país; del miedo una población indefensa que aguanta en silencio todos los atropellos, y de la corrupción extendida a otros ámbitos internacionales. En este contexto se produce la acción desesperada de nuestro compatriota y compañero JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL, quien se ha declarado en huelga de hambre como única forma de protesta contra la tiranía silenciada en Guinea Ecuatorial. El gesto ejemplar de JUAN TOMÁS anima nuestra solidaridad con él y con todo nuestro sufrido pueblo, con la esperanza de que, en un mundo y en un continente cambiantes, Guinea Ecuatorial pueda alcanzar las metas de libertad y dignidad que merecemos. Por todo ello, al difundir este manifiesto, esperamos que la solidaridad de todas las mujeres y de todos los hombres de buena voluntad actúe como un aldabonazo en las adormiladas conciencias de los dirigentes del mundo entero –sobre todo de los responsables de los Organismos Internacionales y países que colaboran con el régimen del general Teodoro Obiang Nguema‐, contribuyendo, así, a mostrar la realidad que padecemos en Guinea Ecuatorial desde hace casi 42 años, muy alejada de la propaganda interesada difundida por los “lobbys” que mantienen en el poder a un régimen sanguinario y corrupto. Aspiramos asimismo a que este Manifiesto de solidaridad con nuestro compatriota JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL contribuya a reflexionar sobre la idea básica que lleva a este compatriota nuestro a emprender su acción, es decir, sentar las bases para que Guinea Ecuatorial supere la larga opresión dictatorial y alcance la libertad, base de la estabilidad, de la prosperidad y del desarrollo. Por último, confiamos en que todas las firmas que podamos recoger impidan que nuestro amigo y compatriota JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL sea víctima de las crueles represalias a las que nos tiene acostumbrado el poder instalado en Malabo. Donato Ndongo‐Bidyogo, escritor y periodista, en el exilio, España Francisco Zamora Loboch, escritor y periodista, en el exilio, España Justo Bolekia Boleká, prof. Universidad de Salamanca, en el exilio, España José Luis Nvumba Mañana, abogado, en el exilio, España Juan Ramón Aranzadi, profesor de Antropología, UNED, Madrid Celestino Okenve Ndo, profesor Universidad Politécnica Madrid, España Eugenio Nkogo, Filósofo, escritor y Profesor, en exilio, León, España Joaquin Mbomio Bacheng, periodista y escritor, en exilio, Francia MANIFESTE DES INTELLECTUELS, ETUDIANTS ET
PROFESSIONNELS DE LA GUINEE EQUATORIALE A
L'INTENTION DE LA COMMUNAUTE INTERNATIONALE
Publié en exil, le 11 février 2011 Depuis l'accession à l'indépendance de notre pays, la Guinée Equatoriale, le 12 octobre 1968, nous, les guinéoéquatoriens, nous n'avons jamais pu jouir, ne serait ce qu'un seul jour, de notre liberté. Le prémier président, Francisco Macías Nguema, a instauré dans notre pays un régime sanguinaire et despotique pendant onze ans, dont les conséquences ont été l'assassinat de milles de nos compatriotes, l'exil forcé d'un tiers de la population, la dilapidation de nos ressources économiques, le démentellèment de l'appareil de l'Etat, l'imposition du tribalisme comme doctrine politique et pratique sociale ainsi que l'acharnement contre tout ce que symbolise la culture et le progrès. Le 3 août 1979, le vice‐ministre de la Défense d'alors, le lieutenant‐colonel Teodoro Obiang Nguema, neveu du président, déposa son oncle par un coup d'Etat. Cette action fut accueillie avec soulagement et espoir par la population, d'autant qu'elle portait la promesse de la restauration des libertés fondamentales, l'édification d'un Etat de droit, le retour à la réconciliation nationale et la promotion du développement économique et social. 32 ans après, presque jour pour jour, il est de notoriété publique que le pays ne s'est pas développé, malgrès les immenses ressources naturelles dont il dispose (hydrocarbures, minerais, pêche, bois ...etc.), Ces richesses sont accaparées par le président et son entourage, c'est la raison pour laquelle la Guinée Equatoriale est considérée comme l'un des pays les plus corrompus au monde. Pendant cette longue période, le mandat du général Teodoro Obiang Nguema s'est caractérisé par la violence institutionnelle, causant la mort de centaines de personnes innocentes ; le dernier exemple en date a été l'exécution, le 21 août 2010, de quatre opposants séquestrés deux mois auparavant dans un pays voisin où ils avait trouvé refuge. L'enlèvement et l'assassinat systématique des réfugiés guinéoéquatoriens à l'étranger, la torture comme pratique «courante» dans le pays, sont autant des pratiques dénoncées par un récent rapport des Nations Unies sur la Torture. L'absence de droits les plus élémentaires est de mise dans le pays : absence de droit de libre expression, absence de droit de manifestation, absence de droit de réunion et d'association, absence de cadre juridique, absence des garanties des droits des citoyens, que ce soit des ressortissants étrangers que des nationaux. Tout l'appareil judiciaire ‐désigné par le président lui tout seul‐ participe de la corruption structurée, généralisée et mise en place comme seul système de fonctionnement dans tout le territoire national. Bref, la Guinée Equatoriale s'est transformée en « royaume » dans lequel l'arbitraire et les violations systématique des Droits de l'Homme règnent en maître. Au terme de 32 ans de gouvernement le pays n'a jamais connu l'instauration d'un véritable régime démocratique, le parti au pouvoir, le Parti Démocratique de la Guinée Equatoriale (PDGE) fondé par le président, oeuvre dans la pratique comme un parti unique. Il n'y a pas de développement social, le pays souffre d'une absence chronique de services et infrastructures de base : il n'y a pas d'hôpitaux dignes de ce nom, la santé publique fait défaut ; le système scolaire est en dégradation constante, les écoles et les enseignants font défaut ; l'urbanisation est en échec, le pays manque cruellement de logements décents, le système de transport est obsolète, même les services les plus élémentaires comme l'électricité, l'eau courante, l'higyène environnementale et les soins de santé primaires sont inexistants. Malgré le fait d'être le troisième producteur du pétrole et du gaz naturel de l'Afrique au Sud du Sahara, la Guinée Equatoriale est toujour classée parmi les pays les plus pauvres du monde. Selon différents rapports des organismes internationaux et ONGs, seul 10 % de la population du pays accapare 85 % du revenu national. Non seulement la culture et le savoir ne sont pas mis en valeur par le pouvoir, bien plus, on privilégie l'ignorance et les brutalités comme forme de vie en société. C'est ainsi que le régime de Malabo parvient à contenir en exil la grande majorité de cadres et professionnels du pays ‐ professeurs, universitaires, ingénieurs, architectes, médecins, journalistes ... etc. ‐ qui se trouvent ainsi dans l'impossibilité de mettre leurs savoirs et connaissances au service de leur pays, pour son développement. Après 32 ans passés au pouvoir, le président Teodoro Obiang non seulement n'a jamais oeuvré pour la nécessaire réconciliation nationale, bien au contraire, ses actions sont toujours destinées à fomenter les rivalités ethniques. Pendant ses 32 ans de mandat, le ptrésident Teodoro Obiang a toujours bénéficié de la passivité de la Communauté Internationale, dont le seul but est d'exploiter les ressources naturelles du pays, de la terreur qu'il suscite auprès d'une population sans défense. Celle‐ci supporte en silence toutes les violations dont elle est victime, sans parler de la corruption généralisée qui gangrène tous les domaines et relais internationux de la Guinée Equatoriale. C'est dans ce contexte qui se produit l'acte désespéré de notre compatriote et compagnon JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL, qui s'est mis en grève de la faim, seul forme de protestation contre la tyrannie qui sévit en Guinée Equatoriale, opprimée sous un linceau de silence. Cette action exemplaire de JUAN TOMÁS suscite, naturellement, un élan de solidarité qui nous anime tous. Tous nous sommes unis autour de sa personne et auprès de notre peuple qui a beaucoup souffert tout au long de son histoire. Nous nourrissons l'espoir que, dans un continent en plein mutation, la Guinée Equatoriale, elle aussi, peut parvenir à accomplir son objectif, celui de la liberté et la dignité que nous méritons tous. C'est la raison pour laquelle, pour tout ce qui précède, nous diffusons le présent Manifeste dans l'espoir que, par la solidarité de toutes les femmes et de tous les hommes de bonne volonté, puisse constituer un son de cloche dans les consciences endormies des dirigeants du monde entier – en particulier auprès des responsables des Organismes Internationaux ainsi que des pays qui collaborent avec le régime du général Teodoro Obiang Nguema‐, afin que le monde entier puisse être éclairé sur la cruelle réalité dont nous sommes victimes en Guinée Equatoriale depuis bientôt 42 ans, une réalité bien différente de celle véhiculée par les « lobbys » qui maitiennent au pouvoir un régime sanguinaire et corrompu. Dans le même ordre d'idées, nous souhaitons que ce Manifeste, qui traduit la solidarité avec notre compatriote JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL, puisse contribuer à une profonde réfléction sur l'idée fondamentale qui pousse ce compatriote à entreprendre cette action. C'est une action qui vise à asseoir les bases pour que la Guinée Equatoriale puisse surmonter cette longue période d'oppression dictatoriale, pour recouvrer sa liberté, jetter les bases d'un régime stable, de prospérité et de développement. Finalement, nous espèrons que les signatures récoltées, pour notre ami et compatriote JUAN TOMÁS ÁVILA LAUREL, puissent constituer un rempart, pour empêcher qu'il soit victime d'une cruelle réprésaille à laquelle le régime de Malabo nous a habitué tout au long de son existence. Signataires du Manifeste Donato Ndongo‐Bidyogo, journaliste et écrivain, en exil en Espagne. Francisco Zamora Loboch, journaliste et écrivain, en exil en Espagne Justo Bolekia Boleká, professeur d'Université de Salamanque, en exile en Espagne José Luis Nvumba Mañana, avocat, en exil en Espagne. Juan Ramón Aranzadi, professeur d'Antropologie, UNED, Madrid Celestino Okenve Ndo, professeur. Universidad Politécnica de Madrid, en exil en Espagne. Eugenio Nkogo, philosophe et professeur à León, en exil en Espagne. Traduit en français par Joaquin Mbomio Bacheng, journaliste, en exile en France.