Traduction Français-Espagnol - Preparadores de Oposiciones para
Transcription
Traduction Français-Espagnol - Preparadores de Oposiciones para
PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 1 FRANCÉS Prácticos/Temas : 33 y 34. Traduction Français-Espagnol: ALBERT CAMUS. « LE PREMIER HOMME » La grande différence avec l’école communale était la multiplicité des maîtres. M. Bernard savait tout et enseignait tout ce qu'il savait de la même manière. Au lycée, les maîtres changeaient avec les matières, et les méthodes changeaient avec les hommes La comparaison devenait possible, c'est-à-dire qu'il fallait choisir entre ceux qu'on aimait et ceux qu'on n'aimait point. Un instituteur, de ce point de vue, est plus près d'un père, il en occupe presque toute la place, il est inévitable comme lui et fait partie de la nécessité. La question ne se pose donc pas réellement de 1'aimer ou pas. On l'aime le plus souvent parce qu'on dépend absolument de lui. Mais si d'aventure l'enfant ne l'aime pas, ou l'aime peu, la dépendance et la nécessité restent, qui ne sont pas loin de ressembler à l'amour. Au lycée, au contraire, les professeurs étaient comme ces oncles entre lesquels on a le droit de choisir. En particulier, on pouvait ne pas les aimer, et il y avait ainsi certain professeur de physique extrêmement élégant dans sa mise, autoritaire et grossier dans son langage, que ni Jacques ni Pierre ne purent jamais « encaisser », bien qu’à travers les années ils dussent le retrouver deux ou trois fois. Celui qui avait le plus de chance d'être aimé était le professeur de lettres, que les enfants voyaient plus souvent que les autres, et, en effet, Jacques et Pierre s'attachaient à lui dans presque toutes les classes, sans pouvoir cependant s'appuyer sur lui puisqu'il ne connaissait rien d'eux et que, la classe terminée, il repartait vers une vie inconnue et eux aussi, repartant vers ce quartier lointain où il n'y avait aucune chance qu'un professeur de lycée s'installât, á tel point qu'ils ne rencontraient jamais personne, ni professeurs ni élèves, sur leur ligne de tramway . Traduction Espagnol - Français: PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32 PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 2 MARIO VARGAS LLOSA. “LITUMA EN LOS ANDES” Los minutos se volvían horas. Varias veces estuvo seguro de que iba a desmayarse, de frío y fatiga. Cuando los pasajeros empezaron a sentarse en el suelo, él y la petite Michèle los imitaron, sentándose se muy juntos. Permanecieron mudos, apretados uno contra el otro, dándose calor. Los captores volvieron al cabo de largo rato y, uno a uno, levantándolos, mirándoles las caras, metiéndoles las linternas por los ojos y empujándolos, fueron devolviendo a los pasajeros al ómnibus. Amanecía. Una orla azulada asomaba por el entrecortado perfil de las montañas. La petite Michèle estaba tan quieta que parecía dormida. Pero sus ojos seguían muy abiertos. Albert se incorporó con esfuerzo, sintiendo crujir sus huesos, y tuvo que levantar a la petite Michèle de los dos brazos. Se sentía amodorrado, con calambres, la cabeza pesada, y se le ocurrió que ella debía sufrir otra vez con ese mal de altura que la atormentó tanto las primeras horas, escalando la Cordillera. La pesadilla terminaba, por lo visto. Los pasajeros habían formado una fila india e iban subiendo al ómnibus. Cuando les tocó el turno, los dos muchachos con pasamontañas que estaban a la puerta del vehículo les pusieron los fusiles en el pecho, sin decir palabra, indicándoles que se apartaran. — ¿Por qué? —preguntó Albert—. Somos turistas franceses. Uno de ellos avanzó hacia él en actitud amenazadora, y acercándole mucho la cara le rugió: —¡Silencio! ¡Shhht! — ¡No habla español! —gritó la petite Michèle—. ¡Turista! ¡Turista! COMMENTAIRE : PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32 PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 3 L’HERBE ROUGE. BORIS VIAN CHAPITRE XI À moitié conscient, Wolf tenta un dernier effort pour arrêter la sonnerie de son réveil, mais la chose, visqueuse, lui échappa et se lova dans un recoin de la table de chevet où elle continua de carillonner, haletante et rageuse, jusqu’à épuisement total. Alors le corps de Wolf se détendit dans la dépression carrée remplie de morceaux de fourrure blanche, où il reposait. Il entrouvrit les yeux et les murs de la chambre chancelèrent, s’abattirent sur le plancher, soulevant en tombant de grandes vagues de pâte molle. Et puis il y eut des membranes superposées qui ressemblaient à la mer….au milieu, sur une île immobile, Wolf s’enfonçait lentement dans le noir, parmi le bruit du vent balayant de grands espaces nus, un bruit jamais en repos. Les membranes palpitaient comme des nageoires transparentes ; du plafond invisible croulaient des nappes d’éther, s’épandant autour de sa tête. Mêlé à l’air, Wolf se sentait traversé, imprégné par ce qui l’entourait ; et il y eut soudain une odeur verte, amère, l’odeur du cœur en feu des reines-marguerites, pendant que le vent s’apaisait. Wolf rouvrit les yeux. Tout était silencieux. Il fit un effort et se retrouva debout avec ses chaussettes. La lumière du soleil ruisselait dans la chambre. Mais Wolf restait mal à l’aise ; pour se sentir mieux, il prit un morceau de parchemin, des craies colorées et il se fit un dessin qu’il regarda ; mais la craie tomba en poussière sous ses yeux : il ne restait sur le parchemin que quelques angles opaques, quelques vides sombres, dont l’aspect général lui rappela une tête de mort depuis longtemps. Découragé, il laissa choir son dessin et s’approcha de la chaise où se trouvait, plié, son pantalon. Il chancelait comme si le sol se fût rétracté sous ses pas. L’odeur des reines-marguerites était moins précise ; il s’y mêlait maintenant un arôme sucré, le parfum du seringa en été, avec les abeilles. Un ensemble un peu écoeurant. Il faillait qu’il se dépêche. C’était le jour de l’inauguration et les Municipaux allaient attendre. Rapidement, il se mit à sa toilette. Questions : 1. Nature du texte 2. Étudiez les moyens à travers lesquels le narrateur crée une atmosphère particulière et les effets que cela produit. 3. Analysez le personnage. 4. Où réside l’originalité de l’œuvre ? 5. Étudiez les prépositions « pendant que », « avec » et « de ». PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32 PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 4 Traducción español-francés. La juventud baila Di la charla. No me gusta dar la charla, pero la di por dos razones: porque me lo pidió Caballero Bonald y porque tenía de compañera en la mesa a Clara Sánchez, mujer de inteligencia bondadosa. Di la charla y, como siempre, buscaba la manera de no repetirme, de no irme convirtiendo con el paso de los años en uno de esos escritores que viajan por el mundo contando tres anécdotas. Tres anécdotas que se manosean como esas tres pelotas con las que juegan los malabaristas torpes. Sé lo que digo. He visto charlistas muy mayores haciendo viajes larguísimos y llevando en su equipaje sólo tres pelotas. Y no es que los abuelos no puedan viajar, ahí está el Inserso para demostrar lo contrario, pero esos abuelos viajan a sitios cercanos, las señoritas masajistas de los balnearios les toquetean y después del bufé hay orquesta y restregón. Eso es una cosa, pero no vale la pena el coñazo supino de la T-4 para ir a difundir tres pobres anécdotas a algún país remoto, convertido el escritor en viajante de su propia obra. No quiero para mí la muerte de un viajante. ¡Hay que viajar menos y vivir más! Es una verdad que ya podemos pregonar a gritos, una vez que los neurólogos han demostrado que eso de que el nacionalismo se cura viajando era una solemne tontería. Pero eso, que di la charla. Y el público, tan generoso (más siendo de Cádiz), se acercó a decirnos algo amable y en algún caso a poner alguna peguilla ideológica a los artículos. Lo asumo. Es lo que tiene escribir en los periódicos, que el lector no concede al escritor la misma libertad que en la ficción; al contrario, lo que quiere el lector de artículos, en muchos casos, es ver sus propias ideas pasadas a limpio. Se me acercó una mujer encantadora que me dijo estar de acuerdo casi al cien por cien con lo que yo escribía. ¿Casi? Ese "casi" te puede estropear un día soleado, pero la mujer me dijo, afectuosamente, que siendo como era socialista, le fastidiaban esos artículos sobre educación en los que parecía echar por tierra la labor de los profesores y de la LOGSE. Vaya, le dije, pero es que no son la misma cosa. Mi intención siempre es defender a esos santos laicos que son los profesores. Pero la mujer insistió en que había una tendencia entre algunos columnistas a desacreditar a nuestra juventud. Ahí, le dije, admitámoslo, hay algo de envidia. O mucho. Por un lado está la envidia cochina de la misma juventud. Sabemos que hay personajes públicos que afirman que la vejez es el mejor momento de la vida; pero si, a los que estamos en medio de todas las edades, se nos preguntara si queremos avanzar para conseguir la placidez de la tercera edad o retroceder para volver a la inestabilidad y estupidez juveniles, me juego el cuello a que una mayoría aplastante optaríamos por la estulticia. PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32 PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 5 Por otro lado está la envidia podrida de orden generacional. Pertenezco a esa generación que a los 19 años ya estaba loca por ser independiente. Comprendo que ahora la cosa está dura, pero antes el amor a la independencia te lanzaba durante años a una vida muy cutre, de pocos viajes por el extranjero, de ningún Erasmus, de ningún máster. Comprendo que siempre es difícil comenzar la vida adulta, pero envidio el prestigio del que se goza por el hecho de ser joven. Y esa alegría y desparpajo en el vestir que en mi juventud se resumía al uniforme progre, que no era ni coqueto ni favorecedor. Sí, sí, envidio muchas cosas. Y para colmo, envidio que la juventud entra a diario en el discurso político. La palabra suena en las bocas de la izquierda, el centro y la derecha. Nadie quiere halagarme a mí, que soy cuarentona. Nadie quiere subvencionarme el carné de conducir, y eso que la Dirección General de Tráfico debería tener en cuenta que a mi edad soy más torpona y necesitaría muchas más clases prácticas y varios profesores de apoyo. Nadie piensa (no es mi caso, obviamente) en personas de mi edad que padecen el drama de no ser ni jóvenes ni viejas, y que, por tanto, no tienen acceso ni al pisito de los 30 metros cuadrados. Nadie se preocupa de nuestros dientes. Qué bonito sería que el ministro Soria nos dijera: "¡Luchemos por la sonrisa de nuestras cuarentonas!". Nadie quiere identificarse con las necesidades de las personas mayores de 40 años. Nadie imagina que también a nosotros nos gusta desmadrarnos y divertirnos, ni tan siquiera se lo imagina doña Teófila, la alcaldesa de Cádiz, que prepara un flamante botellódromo para facilitar el pedo gregario y juvenil. Cómo no morirse de envidia. Y seguro que una vez subsanada esa urgente necesidad de construir un pedódromo gaditano, las autoridades caen en la cuenta de que hay que facilitar unos búhos para que esas criaturas vuelvan a casa sanas y salvas y no se vean obligadas a poner su vida y la de otros en peligro. Luego, la realidad desmiente tanta promesa porque los grandes subvencionadores de los jóvenes somos fundamentalmente los padres, a los que, por cierto, los pedódromos nos importan (concretamente) una mierda. Y lo cachondo es que encima esa juventud se abstiene en gran porcentaje. ¡Los que votamos somos nosotros! Anda, Bernat, majo, danos una dentadura, por caridad. Elvira Lindo 21/10/2007 [http://www.elpais.com/articulo/candelero/juventud/baila/elpepusocdmg/20071021elpdmge ca_3/Tes] Commentaire de texte: PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32 PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA Francés 6 Il leva les yeux vers la grosse femme aux cheveux gris et vit qu’elle le regardait --- depuis longtemps déjà, peut-être. « Alors, Maria... Qu’est-ce qu’elle me voulait? Vous avez dit tout à l’heure…À propos de quoi a-t-elle parlé de moi? » La patronne continua de le dévisager. Elle attendit près d’une minute avant de répondre. « À propos de rien. Elle a seulement demandé si on vous avait pas vu. Elle espérait vous trouver au village. C’est un peu pour ça qu’elle était venue jusqu’ici. » Après une nouvelle pause, elle ajouta : « Je crois qu’elle avait envie de jeter un coup d’œil à votre marchandise. -Voilà donc le fin de mot de l’histoire ! dit le voyageur. Vous allez constater vous-même que ça vaut en effet la peine de faire quelque kilomètres. C’est sa mère qui a dû lui dire. Si vous avez jamais admiré de belles montres, Messieurs-Dames, apprêtez-vous… » Tout en poursuivant son discours, sur un ton frisant la parodie, il prit sa mallette entre ses pieds et se retourna pour aller la poser sur la table voisine de celle où buvaient les trois marins. Ceux-ci dirigèrent leurs regards de son côté ; l’un d’eux déplaça son siège pour mieux voir. La femme fit le tour du bar et s’approcha. Déclic de la serrure en faux cuivre. Couvercle, agenda noir, tout se déroulait normalement, sans déviations et sans fissures. Les paroles, comme toujours, fonctionnaient un peu moins bien que les gestes, mais sans rien de trop choquant dans l’ensemble. [Alain Robbe-Grillet : Le voyeur. Les Éditions de Minuit, 1955. pp.123-124] PREPARADORES DE OPOSICIONES PARA LA ENSEÑANZA C/ Sagasta nº 20 1º dcha • 28004 Madrid Tel.: 91 308 00 32