bajo - Editorial Diosa Blanca
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La tierra con el olvido Salah Stétié Poesía Traducción y presentación Alfredo Silva Estrada Editorial Diosa Blanca Saláh Stétié y las ambigüedades del sentido Salah Stétié- poeta, ensayista, filósofo crítico de las artes y de las letras, nacido en Beirut en 1929- ilumina con palabras de fuego y esperanza las tinieblas de nuestro mundo trágico, esforzándose, desde el misterio de un origen unificador, en sorprender y profundizar las confluencias del pensamiento oriental y del occidental. Así, en sus ensayos, escritos con la misma sustancia de su poesía o como una emanación radiante de ésta, no debe asombrarnos encontrar hermanados, por ejemplo, a Novalis y al poeta persa Djelal Eddine el-Roumi, elevando sus himnos con el mismo fervor de una noche esencial. Porque la noche -fondo, subsuelo, raíz del sentidoguarda en su seno el relámpago fundador de la palabra poética, a la vez luminosa y oscura. Hölderlin es otra de las imprescindibles referencias occidentales de Stétié. Recordando el habitar poético del hombre sobre esta tierra de que nos habla el poeta del Azul adorable (“por la poesía/ hace el hombre de esta tierra su morada”), Stétié nos informa que en la lengua árabe verso se dice bayt (casa). Cada verso en el poema árabe está asimilado a una casa: es morada de las palabras que conforman el sentido. Pero – tal es el deseo del poeta- la palabra no debe hacernos olvidar que proviene de una ola de las profundidades, no hay que sentirla abrigada por el bayt ni protegida por los muros de ninguna morada. Para el poeta de la Inversión del árbol y del silencio que ha visto en la poesía nuestra salvación, la palabra “debe permanecer libre de todo muro y de toda piedra, guardar imperativamente su fluidez, conservar su naturaleza primera y primitiva de elemento: gracias a lo cual nos es respiración y aliento”. Un hombre como Salah Stétié, que ha fundido su existencia con su escritura (respiración y aliento) sin que una sea sucedánea de la otra, al hallarse en una situación límite (algunos días antes de someterse a una grave intervención quirúrgica que pondría en peligro su vida) se plantea, tal vez nunca antes tan explícitamente, ciertas preguntas esenciales acerca de lo que ha constituido y, no obstante las penosas circunstancias, sigue constituyendo su elección vital, y su razón de ser: ¿Por qué la poesía? ¿Qué representa el poema ante el universo: “ese nido de maravillas, ese nido de víboras”? ¿Qué peso tiene cada poema ante la búsqueda de un sentido compartido, frente a la lengua plural y nuestra, frente a la muerte que es ya mía, la intransferible y, sin embargo, la de todos? La poesía que ha entrañado para este poeta sabio indagación rigurosa, apasionada e incesante, situado alguna vez “En el umbral de la belleza de los muertos”... “En el umbral del origen”, afirma ahora con dolor: “Reconocer la poesía es, extrañamente, comenzar por desconfiar de ella, abstenerse de conocerla, al menos hasta no haberla experimentado en las balanzas interiores por lo que ella misma es.” Curiosa experiencia, praxis tanteante que precede a todo conocimiento teórico. La poesía se le torna entonces “una totalidad opaca con posible vocación de transparencia”... Y las interrogaciones subyacen: ¿podrá la poesía legitimar la muerte, así como ha justificado una vida? Las palabras ¿son portadoras de realidad o, más allá de la realidad y por encima del juego semántico, son portadoras de verdad? ¿En qué coyuntura poética coinciden realidad y verdad? ¿Dónde está la autenticidad de la poesía? ¿Cuál es su verdad esquiva que sentimos adentro, encarnándose, y que nos seduce y atormenta? Ante la amenaza de la muerte, muy cercana, aquella que a lo lejos se emparentó con “la perfectibilidad de los astros”, el poeta osa interrogarse e interrogar a su lector bajo asertos conflictivos: ¿La poesía no será acaso, en el juego de espejos que las palabras traman, más que ilusión, perspectiva tan deslumbrante como falsa, abriéndose al final sobre el vacío? Salah Stétié nos pone a girar vertiginosamente alrededor de estas interrogantes en su libro Lo Prohibido, publicado en marzo de 1993, con esta afirmación casi al comienzo de sus inquietantes reflexiones: “La poesía, la humilde poesía, vacila en el umbral de todas las respuestas posibles.” Contradictoriamente, más adelante nos dice: “En cierta forma, la poesía es respuesta a una pregunta que no fue planteada o, lo que sería más exacto, a una pregunta que lleva consigo su respuesta y que ella deposita, como el mar a un testigo de leño sobre la playa de lo ya resuelto.” Las contradicciones que podemos encontrar en estas líneas reflejan, sin duda, las contradicciones mismas de la existencia en su relación con la complejidad del acto poético: complejidad que no contradice, en forma alguna, la simplicidad de la revelación fulgurante e instantánea. A todo lo largo de estas líneas de Lo prohibido que bordean continuamente límites misteriosos, se entrelazan las deslizadas paradojas: “el poema es un habitual / inhabitual, un habitáculo desertado pero no vacío, más bien estaría colmado de no sabemos cuál plenitud. Plenitud que parece no estar justificada por nada objetivo. Plenitud injustificada y, no obstante, soberbiamente justa.” En la gestación poética y en sus mutaciones, en ese dominio improbable donde el primer contacto del poeta con su poema es de orden corporal, táctil, “ciegos dedos contra ciego cuerpo”, donde hay que avanzar a tientas, con los dedos abiertos y tensos, con precauciones y prudencias para no romper los frágiles hilos de las relaciones aún nacientes, donde es preciso “tener un ojo en la punta de cada dedo para tantear la sombra”, tropezamos con todo un cúmulo de paradojas. Por ejemplo: “¿Podríamos esperar apresar desde el afuera alguna apariencia del adentro?”. La pregunta encierra su respuesta, porque sabemos por nuestra experiencia que, poéticamente hablando, no hay afuera ni adentro, “siendo el uno la expresión invertida del otro en una proyección simbólica.” En el agolpamiento de sus espejos – insiste Stétié – “la poesía acumula paradoja sobre paradoja.” Suele mostrársenos como privada de sentido, fiel a su impulso original, a su ola de fondo oscuro, a su fuerza a la vez densa y ligera que precede al sentido. Lo que es la figura novaliana se sitúa en ese lugar intermedio entre lo nocturno que precede al sentido con vocación solar y el otro sentido que continuará esquivándose. Esa mostración primigenia y a la vez velada de la poesía es lo que Stétié llama “ternura de la palabra poética”, llena de irisaciones y reflejos: “confusión clara... como el desorden de un jardín.” El autor de un admirable texto acerca de los jardines del Islam (Firdaws, 1984), no podía dejar de evocar a su venerado Georges Schéhadé: Hay jardines que ya no tienen ninguna región Y que están solos con el agua Unas palomas los atraviesan azules y sin nidos Pero la luna es un cristal de dicha Y el niño se acuerda de una gran desorden claro Bellas palabras de un poeta amado al que recurre Stétié, como en una oración, cuando, aun afrontando lo terrible, se atreve a acercarnos a una ternura de la palabra en claroscuro: “Ese desorden, he aquí que poco a poco, por la claridad que asombrosamente emana de él, cede el lugar al orden, no sabemos a ciencia cierta a cuál orden tembloroso, progresiva condensación de la luz difusa, baño original del sentido... Primavera del sentido, pequeñita primavera del sentido, todavía enturbiada de lluvia y de bruma, a la manera de la madrugada.” * Un año después de la publicación de Lo prohibido, Salah Stétié publica, en junio de 1994, el poemario La tierra con el olvido. Al ofrecerme un ejemplar, con cierta timidez, me dijo: “Estos son los poemas de una vida”. Una vida, se entiende, que comienza a encarar la vejez con un excepcional coraje corporal incorporado al poema y una lucidez inusitada. Aquí, lo que podría ser sólo dolor y nostalgia se torna hallazgo de lenguaje y revelación constelada, revelación de cuerpo humano y cosmos: “Oh cuerpo nunca perdido bajo tantas noches / portador en ti de un incendio de estrella.” Y la ausencia misma, la quemadura de la ausencia tiene al final la frescura de una renunciación: Hay un rocío que cae Nada hay: la tierra con el olvido * En mi versión de estos poemas, como en mis anteriores de este poeta difícil y espléndido, no he perdido de vista lo que nos comenta acerca de su escritura ese otro gran visionario, el poeta sirio–libanés Adonis. Nos dice Adonis que el arte de nuestro amigo está hondamente enraizado en la caligrafía islámica, renovándola: poesía de arabescos que es, a la vez, música y geometría. “Rítmica liberada que no persigue ningún objeto externo, sino su propio desarrollo, su propia dinámica espacial y lineal. El ritmo puede ser tan pronto esta curva, esta ruptura, este cruce; tan pronto helo aquí analogía, intercambio, similitud. Es así como el cosmos, aprisionando la materia, libera de ésta solamente lo que es energía y significación. Así, con Salah Stétié, el mundo deviene, en su totalidad, admirable barandal de la palabra.” Confieso que cuando vierto un poema de Stétié a nuestro idioma – placentera tarea emprendida hace ya más de un decenio– me asusta tener presente lo que nos señala Adonis: “Stétié escribe en francés con un lenguaje árabe”... En los poemas de La tierra con el olvido, me parece que los arabescos, contradicciones y preciosas extensiones de la producción anterior del poeta, han cedido el paso al íntimo desgarramiento existencial del sentido. A veces, sereno desgarramiento. Lleno, en todo caso, de esa “claridad maravillosamente entenebrada” por todo aquello que fatalmente se esconde en la palabra. Porque el sentido, para que lo dicho se mantenga en la palpitación de su origen, nos es retirado por el ofrecimiento mismo del poema. Alfredo Silva Estrada I He aquí, rosa de fuego en la quemadura, Aquello que al fuego da su frutecer Cuando el agua está allí, hija de la casa, Y cuando esta en vigilia con el fuego de la quemadura Sobre el techo y la larga palma de las nubes Encendida por la sangre Por encima del afluente del olvido Voici, rose de feu dans la brûlure/Cela qui donne au feu sa nouaison Quand l’ eau est la, fille de la maison,/ Et qu’e elle veille avec le feu de la brûlure Sur le toit et la longue palme des nauges/Allumée par le sang Au-dessus de la riviére de l’oubli En los pliegues y los repliegues del afluente Hay la tierra, la tierra y un caballo Perdido de azul terrible Y las colinas de allá lejos están llenas de ángeles Que siguen dulcemente sus manos ciegas En la esterilidad creada, sus uñas Marcadas por el filo de la luna Dans les plis et les replis de la rivière/Il y a la terre, la terre et un cheval Perdu de bleu terrible/Et les colines de là-bas sont pleines d’anges Qui doucement suivent leurs mains aveugles/Dans la stérilité créée, leurs ongles Marqués du tranchant de la lune No obstante el paisaje habla - y son las tumbas Mezcladas con el gran desastre de las nubes En aquello que ya no tiene nombre, sino que solamente Es una boca de hierba Que dice lo muy poco que ella dice: aquello que es Arcilla fresca y llama de inocencia Protegiendo contra los pájaros el grano que tiembla Le paysage pourtant parle – et sont les tombes Mélangées au grand désastre des nuages Dans cela qui n’a plus de nom, mais seulement C’est une bouche d’herbe/Qui dit le très peu qu’elle dit: cela qui est Argile fraîche et flamme d’innocence Protégeant contre les oiseaux le grain qui tremble Oh trigo ofrecido! trigo de los amantes dormilones Que llamea con sus dedos y los guijarros Formando el lecho de su amor semejante Sobre el afluente desecado del olvido Sus miembros vueltos música y desaparecidos En la luz esparcida de sus cuerpos Que es el agua pura de sus cuerpos vuelta ensueño O blé donné! blé des amants dormeurs/Qui flambe avec leur doigts et les cailloux Formant le lit de leur amour semblable/Sur la rivière desséchée de l’oubli Leurs membres devenus musique et disparus/ Dans la lumière éparse de leurs corps Qui est l’eau pure de leurs corps devenue songe Y el aire y el agua son los hijos del ensueño Ellos se mezclan con el espíritu y duermen Juntos con el signo de nuestras lágrimas Que son las sombras de las palomas desgarradas Pasando y volviendo a pasar sobre nuestros rostros Como los nudos de la música se desanudan Como los dedos de los amantes trenzan el mundo Et l’air et l’eau sont les enfants du songe/Ils se mélangent à l’esprit et ils dorment Ensemble avec le signe de nos larmes/Qui sont les ombres des colombes déchirées Passant et repassant sur nos visages omme les noeuds de la musique se dénouent Comme les doigts des amants tressent le monde Y helos aquí, amantes, la dulzura de los ancianos A pesar de la aguja de su sangre en el silencio Que brilla sola así como la lámpara de la noche Admitida en lejanías de incandescencia Tan bellas lejanías que helas aquí llameando Para despertar las selvas desaparecidas Y toda bestia inmaculada les es nacimiento Et les voici, amants, la douceur des bleuets/Malgré l’aiguille de leur sang dans le silence Qui brille seule ainsi que lamp de la nuit/Admise à des lointains d’incandescence Si beaux lointains que les voici qui flambent /Pour réveiller les forêts disparues Et toute bête immaculée leur est naissance Y toda bestia inmaculada bajo el arco Es profunda, es absoluta por el espíritu Como una estrella que se extravía y se recobra Más pura de ser y más desnuda en la nieve Parecida en sí misma a muchacha anhelante Al caer el día Al caer el rocío sobre el mundo Et toute bète immaculée sous l’arc/Est profonde, elle est absolue par l’esprit Comme une étoile qui s’égare et se retrouve/Plus pure d’être et plus nue dans la neige Pareille en soi à fille désirante/A la chute du jour A la tombée de la rosée sur le monde Ella separa las piernas Ella es la muchacha y el rosal nocturno Todo dolor todo dulzor en ella Ella es la cálida huella de la espada En el calor que ella es a pesar de la nieve Que es decorado de su presencia en el mundo Elle écarte les jambes/Elle est la fille et le rosier nocturne Toute douleur toute douceur en elle/Elle est la chaude empreinte de l’épée Dans la chaleur qu’elle est malgré la neige/Qui est décor de sa présence dans le monde Oh cuerpo nunca perdido bajo tantas noches Portador en ti de un incendio de estrella Que es esplendor mojando a la hija de los ríos Dejando en el aire la huella de su fuego Y hela aquí de su esposo la esposa Siendo los dos el ser súbito de la risa Y siendo la dulzura su ángel en la risa Frente a esos racimos que sus dientes fuertes devoran Con su doble cuerpo vuelto vino Que ellos beben y beben en el racimo del seno O corps jamais perdu sous bien des nuits/Porteur en toi d’un incendie d’étoile Qui est splendeur mouillant l’enfant des fleuves/Laissant dans l’air la trace de son feu Et la voici de son époux l’épouse/Tous deux étant l’ètre soudain du rire Et la douceur étant leur ange dans le rire/Face à ces grappes que leur dents fortes dévorent A mème leur double corps devenu vin/Qu’ils boivent et boivent dans la grappe du sein Ella separa las piernas En el color rubio de su geometría Color rubio de gran sueño Donde el hombre con sus manos se adelanta en puro sol Anudado y desanudado por sus víboras Entre su corazón y sus entrañas vivas Siendo no siendo la mujer más que flecha y cierva Elle écarte les jambes/Sur la blondeur de sa géométrie Blondeur de grand sommeil/Où l’homme avec ses mains s’avance en pur soleil Noué et dénoué par ses vipères/Entre son coeur et ses entrailles vives La femme étant n’étant que flèche et biche Ella separa las piernas Y la noche infinita la ilumina con el día Juntos y la mañana Ella es la lámpara del presente en el futuro Y lo que ella es: cierva de flecha y lámpara Al fin muerta bajo el peso de su luz Como una mujer absoluta por la sangre Elle écarte les jambes/Et la nuit infinie l’éclaire avec le jour Ensemble et le matin/Elle et la lampe du présent dans le futur Et ce qu’elle est: biche de flèche et lampe/A la fin morte sous le poids de sa lumière Comme une femme absolue par le sang II He aquí la vida con las alcobas de este mundo Y las palmeras que sufren en el viento Violines son devorados por nubes Y armonizados con la violencia del espíritu Que es el punto del hombre al fin puro En la luz que vuelve a caer y forma la luna Siendo toda víbora sol y fruto Voici la vie avec les chambres de ce monde/Et les palmiers qui souffrent dans le vent Violons sont-ils dévorés de nuages/Et raccordés à la violence de l’esprit Qui est le point de l’homme à la fin pur/Dans la lumière qui retombe et fait la lune Toute vipère étant soleil et fruit Siendo toda víbora sol y muerte Sobre esta cabeza de basalto que se va Sostenida por la fulguración del cuerpo En la estrechez extraña de su sombra Que va también hacia la nada de las sombras Siendo el cuerpo de fuego la sombra de nieve Apenas divididos por la paloma Toute vipère étant soleil et mort/Sur cette tète de basalte qui s’en va Soutenue par la fulguration du corps/Dans l’étroitesse étrange de son ombre Qui va aussi vers le néant des ombres/Le corps étant de feu l’ombre de neige A peine divisés par la colombe Mi ingenua paloma Estás aquí contra mi corazón la hija de las lágrimas Tan ingenua como dulcemente ardiente En el corazón de la suspensión del corazón Esta herida en nosotros esta paloma Establecida en la casa de toda ribera Donde arde en nosotros La suspendida lámpara negra de las lágrimas Ma naïve colombe/Te voici contre mon coeur l’enfant des larmes Si ingénue que doucement brûlante/Au coeur de la suspension du coeur Cette blessure en nous cette colombe/Etablie dans la maison de toute rive Où brûle en nous le lustre noir des larmes III Estamos aquí en un país que sueña Y toda mujer deslumbrada de rocío Con sus brazos muy desnudos, con el aire Con la lámpara, con eso a ras de la hierba Y toda mujer deslumbrada y que se adelanta -Cuando el agua está allí, hija de la casaSu ojo en nosotros llora una perla inmensa Nous sommes ici dans un pays qui rêve/Et toute femme éblouie de rosée Avec ses bras très nus, avec l’air/Avec la lampe, avec cela au ras de l’herbe Et toute femme éblouie et qui s’avance/-Quand l’eau est là, fille de la maisonSon oeil en nous pleure une perle immense Su ojo en nosotros mira también a la muerte Esparcida y los pájaros en el árbol ¡La muerte! ella también mira y ve Y tal vez sólo nos llega a ver Como una rosa fría Toda invisible y toda visible al mismo tiempo Sustancia de la noche en el agua del mundo Son oeil en nous regarde aussi la mort/Eparpillée et les oiseaux dans l’arbre La mort! elle aussi regarde et elle voit/Et peut-être jamais ne nous voit-elle Qui seulement comme une rose froide/Tout invisible et tout visible ensembleSubstance de la nuit dans l’eau du monde Y esta mujer tiene en sus cabellos la rosa Y su hombro bajo mi boca un poco de nieve Estando velada su faz, clara la otra Y hela aquí que arde en sus meandros Y que va desnuda entre los árboles de la vida Sus dedos tocando los mil troncos del árbol Siendo su hijo su corazón perdido de lágrimas Or cette femme a dans ses cheveux la rose/Et son épaule sous ma bouche un peu de neige Sa face étant voilée, son autre claire/Et la voici qui brûle en ses méandres Et qui va nue entre les arbres de la vie/Ses doigts touchant les mille troncs de l’arbre Son fils étant son coeur perdu de larmes IV Y el hombre está allí, tan viejo entre sus gatos Y llora y nada lo consuela Ni dentro de él la terrible tormenta del ensueño Ni la juventud de la Isis de la luz Ni esa estrella de pleno día vuelta niña ¿Y cuál estrella? El nunca supo su nombre Angel, en vigilia está en medio de sus gatos Et l’homme est là, si vieux parmi ses chats/Et il pleure et rien ne le console Ni le terrible orage en lui du songe/Ni la jeunesse de l’Isis de la lumière Ni cette étoile de plein jour devenue fille/Et quelle étoile? Il n’a jamais connu son nom Ange, il veille au milieu de ses chats ¿Y acaso él mismo tiene un nombre? El es un ensueño Es el hijo de varias vidas y de una madre Ella salió de la casa ella es afluente Aquella en quien tiemblan los candelabros de la casa Más pura eres tú que lo más puro en nosotros, Oh madre Oh joven madre de este hombre de viejas rodillas Y que suplica tu mano y tus rodillas A-t-il un nom lui-même? Il est un songe/Il est l’enfant de plusieurs vies et d’une mère Elle est sortie de la maison elle est rivière/Celle en qui tremblent les flambeux de la maison Plus pure es-tu que le plus pur en nous, ô mère/O jeune mère de cet homme à vieux genou Et qui supplie ta main et tes genoux Pues con tu mano de oscura hiedra él acecha La clara ramilla y las bienvenidas ramas En esta noche de sal brumosa de astros Y tanto que la luz tiembla Y queda vacía así como lámpara sin casa Interrogada y luego interrogante Ella responde a la pregunta con la pregunta Car de ta main de sombre lierre il guette/Le clair rameau et les bienvenues branches Par cette nuit de sel embrumée d’astres/Et tellement que la lumière tremble Et reste vide ainsi que lampe sans maison/Interrogée et puis interrogeante Elle répond à la question par la question V Ese hombre está allí y todos sus gatos lo evitan Porque helos aquí ángeles de su muerte Ya no lo escuchan cuando amenaza Frente a la espada de su silencio y de su miedo Con sus dos manos sostiene el muro y sostiene Con sus dos manos y con sus brazos el ensueño Oh duelo sobre ese hombre que es el hijo de los muertos! Cet homme est là et tous ses chats l’évitent/Car les voici les anges de sa mort Ils ne l’entendent plus quand il menace/Face à l’épée de son silence et de sa peur De ses deux mains il tient le mur et il soutient/De ses deux mains et de ses bras le songe O deuil sur lu qui est l’enfant des morts! ¡Duelo sobre ese hombre, y duelo, y duelo, y duelo Sobre todo ese hombre con su sexo de violencia! El habitó las alcobas de este mundo Y fue grande su dolor habitar Ese país privado de sus afluentes Donde toda estrella abandonaba sus campos Para entregarlo a rudezas de ángel Deuil sur cet homme et deuil, et deuil, et deuil Sur tout cet homme avec son sexe de violence! Il habita les chambres de ce monde/Et sa douleur fut grande d’habiter Dans ce pays privé de ses rivières/Où toute étoile abandonnait ses champs Pour le livrer à des rudesses d’ange Al fin él dice: ¡ángel! Murmuró El nombre del ángel de nadie y se adormeció Con los ríos, con la mujer desnuda La Isis que fue su madre y su hija Y su hija nunca fue y ningún hijo Nunca vino a leer el libro con él Que no es el libro de nadie un poco de viento A la fin il dit: ange! Il murmura/Le nom de l’ange de personne et s’endormit Avec les fleuves, avec la femme nue/L’Isis qui fut sa mère et son enfant Et son enfant jamais ne fut et nul enfant/Jamais ne vint lire avec lui le livre Qui n’est le livre de personne un peu de vent VI ... Pero la otra mujer, ella es su dolor en el espíritu Con su bello rostro y sus ojos oscuros Habiendo la fusión de la nieve disuelto el hombro Y sus dos manos y sus dos brazos se volvieron Ese duro torrente de la devastación del corazón El vientre también donde hubo una hierba de delirio Ahora no es más que estrecho de los torbellinos Istmo del viento ...Mais l’autre femme, elle est sa douleur dans l’esprit Avec son beau visage et ses yeux sombres/La fonte de la neige ayant dissous l’épaule Et ses deux mains et ses deux bras sont devenus Ce dur torrent de la dévastation du coeur/Le ventre aussi où fut une herbe de délire N’est que détroit des tourbillons isthme du vent Oh bello rostro arrastrado por el torrente Y devuelto por el torrente inverso En toda noche en inasible quemadura Donde el rostro es lo que llamea y se deshace En la hierba de hierba donde se acoplan los ángeles Siendo la tierra máscara de frío futuro Además de fuego para vestir nuestras sombras O beau visage emporté par le torrent/Et rapporté pàr le torrent inverse Dans toute nuit en insaisie brûlure/Où le visage est ce qui flambe et se défait Dans l’herbe d’herbe où s’accouplent les anges La terre étant masque de froid futur/Doublée de feu pour habiller nos ombres Tierra de fuego para la mujer En la que hemos colocado el corazón del corazón Un poco de brasa en la palma de las manos Concha donde a veces viene a dormir el espíritu Para despertarse como un hijo del ensueño En el estuario del deseo y de un gran río Que llamea y llamea de nuevo en la ceniza Terre de feu à l’endroit de la femme/Où nous avons placé le coeur du coeur Un peu de braise dans la paume des mains/Coquille où vient parfois dormir l’esprit Pour s’éveiller comme un enfant du songe/A l’estuaire du désir et d’un grand fleuve Qui flambe et qui reflambe dans la cendre Y yo saludo la desnudez del ser Aunque a veces esté velado de sangre Deseo es él en la luz ensueño Tan develada que es la develante Y la más desnuda que nunca es la desnuda La deseada que no es la deseante Porque conserva su piel oscura y se niega A transformar la cortadura en transparencia Et je salue la nudité de l’être/Si même il est parfois voilé de sang Désir est-il dans la lumière songe/Si dévoilée qu’elle est la dévoilante Et la plus nue qui n’est jamais la nue/La désirée qui n’est la désirante Car elle garde sa peau sombre et elle refuse De transformer l’entaille en transparence Y damos vueltas alrededor de los círculos de su piedra Que le son muro para sus entrañas radiantes Y golpeamos a toda puerta del agua viva Pero el agua perdida en su destino oscuro No responde y solamente la vida Nos es como una lámpara que se enciende En este pleno día donde vamos velados de ceniza Et nous tournons autour des cercles de sa pierre Qui lui sont mur pour ses entrailles rayonnantes/Et nous frappons à toute porte de l’eau vive Mais l’eau perdue en son detin obscur/Ne répond pas et seulement la vie Nous est comme une lampe qui s’allume/Dans ce plein jour où nous allons voilés de cendre Mi noche mi cierva aquí yo pienso en ti En este no-lugar del pensamiento donde vivaz yo soy Y no obstante tal vez estoy muerto Desnaturalizado por joyas nocturnas Frente a la vida que de ensueño Isis sentada a su mesa absoluta Y mirando al ciervo sufrir bajo la espada Ma nuit ma biche à toi ici je pense/Dans ce non-lieu de la pensée où vif je suis Et cependant peut-être mort le suis-je/Dénaturé par des bijoux de nuit Face à la vie qui est songe de songe/Isis assise à sa table absolue Et regardant souffrir d’épée le cerf VII Angeles, mis sombras de las colinas, hablad por mí A esta esposa del silencio de la espada Que vela con sus ojos inflamados de árboles Y su espada divide el agua del fuego Su sombra es aquella en la que el fuego Se agota y grita que ha perdido el fuego Porque, yo lo digo, ella es absuelta por el ensueño Anges, mes ombres des collines, parlez pour moi/A cette épouse du silence de l’épée Qui veille avec ses yeux enflammés d’arbres/Et son épée divise l’eau du feu Son ombre est celle-là en qui le feu/S’épuise et crie qu’il a perdu le feu Car, je le dis, elle est absoute par le songe Oh ángeles que de noche atáis el hombro A la siembra del trigo fúnebre Dadme solamente el trigo de la palabra Para que lo tienda en la palma de mi mano a las águilas fuertes Ese trigo mental formando su alimento Me permite proteger mi presa Este corazón en mí que es el fruto del ensueño O anges qui de suit liez l’épaule/A l’ensemencement du blé funèbre Donnez-moi seulement le blé de la parole Que je le tende dans ma paume aux aigles forts Ce blé mental formant leur nourriture Il me permet de protéger ma proie/Ce coeur en moi qui est le fruit du songe Y heme aquí el hijo del mismo sueño Un hombre sentado en medio de sus gatos Que llora y su rostro está bajo la lluvia Porque ninguna Isis viene a poner su mano En su hombro y con un pobre tejido Velar la desnudez que le es vergüenza Et me voici l’enfant du même rêve/Un homme assis au milieu de ses chats Qui pleure et son visage est sous la pluie/Car nulle Isis ne vient poser sa main Sur son épaule et d’un pauvre tissu/Voiler la nudité qui lui est honte Pero ¿quién es él? ¿Cuál es su nombre entre sus gatos? Y en casa de los ángeles cuyo siervo es él Ellos desarmados ante el fuego de su sufrimiento - Perdidamente... Pero él se obstina en rogarles Contra el muro de Isis, contra la piedra De su pierna eterna Mientras que los ángeles distraídos siguen los ríos Or qui est-il? Quel est son nom parmi ses chats/Et chez les anges dont il est le serviteur Eux désarmés devant le feu de sa souffrance - -Eperdument... Mais lui s’obstine à les prier/Contre le mur d’Isis, contre la pierre De sa jambe éternelle Tandis que les anges distraits suivent les fleuves Su mujer está lejos, desposada por los ángeles Semejante a ellos e hija de la muerte Bajo la calcinación advenida de los jardines Como la cal de una casa de infancia Donde no vive sino una cabra de nadie Cuidando para nada un olivo de viento Que de todo viento no tiene más que una paloma Sa femme est loin, épousée par les anges/Semblable à eux et fille de la mort Sous la calcination advenue des jardins/Comme la chaux d’une maison d’enfance Où ne vit plus que chèvre de personne/Gardant pour rien un olivier de vent Qui de tout vent ne tient qu’une colombe Ese hombre está solo con la oliva con la cabra Y todos sus gatos en torno a él están dormidos El grita él grita hacia el brasero él grita Hacia la gran nieve caída fruto en la muerte Si él tiende la mano toca la sombra del fruto Pero no podrá comerlo, su boca es fuego Y su mano no es más que llama con uñas Cet homme est seul avec l’olive avec la chèvre Et tous ses chats autour de lui sont endormis/Il crie il crie vers le brasier il crie Vers la grande neige tombée fruit dans la mort/S’il tend la main il touche l’ombre du fruit Mais il ne pourra le manger, sa bouche est feu/Et sa main n’est que flamme avec des ongles VIII El tendrá que morir El tendrá que aprender el alfabeto de su muerte Sus estrellas áridas... El tendrá que partir sin árbol y sin Isis Caminando sobre sus rodillas hacia un no-lugar Donde tendrá como compañero al perro silencio Y toda la arena y la arena de la arena Il lui faudra mourir./Il lui faudra apprendre l’alphabet de sa mort Ses étoiles arides.../Il lui faudra partir sans arbre et sans l’Isis Marchant sur ses genoux vers un non-lieu/Où il aura pour compagnon le chien silence Et tout le sable et le sable du sable El tendrá que morir Y no lo acogerán ni el pueblo de los padres Ni su madre de pestañas quemadas cuyos ojos son rojos A quien él había creído un afluente contra su corazón Una selva de verdor bajo murmullos Bosquecillo de ruiseñores Y hela aquí lámpara ennegrecida por el sol fuerte Il lui faudra mourir/Et ne l’accueilleront ni le peuple des pères Ni sa mère aux cils brûlés dont l’oeil est rouge Qu’il avait crue contre son coeur une rivière Une forêt de verdoiement sous des murmures Bosquet de rossignols Et la voici lampe noircie du soleil fort ¡Duelo! duelo! duelo! Oh, sobre ese hombre Que caiga el rocío de duelo y de mañana En la mañana de ninguna mañana de rocío frío Pero sólo es el olivo del viento Pero sólo es una lámpara de demencia Que se deshace en la arenosa arena Deuil! deuil! deuil! Oh, sur cet homme/Que tombe la rosée de deuil et de matin Dans le matin d’aucun matin de rosée froide/Mais seulement c’est l’olivier du vent Mais seulement est une lampe de démence Qui se défait dans le sablonneux sable IX He aquí el pájaro: viene a posarse en el jardín Y helo aquí, pájaro, espantado de ser Que regresa por la puerta de las brumas En todo el resplandor de su melancolía Porque la rosa, así fue dicho, es sin por qué El pájaro se dice: ¿por qué la rosa es La rosa del por qué de no-por qué? -Y la respuesta es dada por el único fuego Voici l’oiseau: il vient se poser au jardin/Et le voici, oiseau, effaré d’être Qui s’en revient par la porte des brumes/Dans tout l’éclat de sa mélancolie Car la rose, cela fut dit, est sans pourquoi/L’oiseau se dit: pourquoi la rose est-elle La rose du pourquoi de non-pourquoi?/-Et la réponse est fournie par le seul feu La luna también es sin por qué, ¿y por qué el hombre En la barca más aligerada de tierra Sería apresado, muy solo, bajo garra y sentido Cuando por todas partes no hay más que geometría Como una celda de prisión en la memoria Y que sólo deja su signo en el espíritu Un poco de viento con la mujer que fue? La lune aussi est sans pourquoi, et pourquoi l’homme/Dans la barque la plus allégée de terre Serait-il pris, très seul, sous griffe et sens/Quand tout autour n’est que géométrie Comme une chambre de prison dans la mémoire/Et qui ne laisse que son signe dans l’esprit Un peu de vent avec la femme qui fut? ¡Oh bienamada! Hay este hombre de sustancia Abandonado por la palabra y por los frutos El está en el desecamiento de sus miembros Y espera lo que va a venir como un caballo Olvidado en el vasto día de la pradera Y helo aquí vuelto viejo y helo aquí Un hombre sentado en el cansancio de sus miembros O bien-aimée! Il y a cet homme de substance/Abandonné par la parole et par les fruits Il est dans le desséchement avec ses membres Il attend ce qui va venir comme un cheval Oublié dans le vaste jour de la prairie/Et le voici devenu vieux et le voici Un homme assis dans la fatigue des membres Sus manos se van sin él hacia la quemadura Para acariciar a la mujer incompleta Entre ella y él está la espada de las lágrimas Mujer ella va según su soledad Como una estrella deslumbrada por las praderas Donde el caballo desapareció y solamente hay Hay un rocío que cae Nada hay: la tierra con el olvido Ses mains s’en vont sans lui vers la brûlure/Pour caresser la femme inachevée Entre elle et lui il y a l’épée des larmes/Femme elle va selon sa solitude Comme une étoile éblouie par les prairies D’où le cheval a disparu et seulement Il y a il y a une rosée qui tombe Il n’y a rien: la terre avec l’oubli