LE FOU D`ELSA, DE LOUIS ARAGON
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LE FOU D`ELSA, DE LOUIS ARAGON
LE FOU D'ELSA, DE LOUIS ARAGON: IMPRESIONES DE UNA LECTURA. Javier Suso López Departamento de Filología Francesa Universidad de Granada Le Fou d'Elsa es una obra sorprendente y mágica. La sorpresa proviene de la ruptura de los códigos de lectura habituales que como lector uno posee: a pesar del género anunciado en la portada (novela), la introducción nos llena ya de dudas, y la lectura de las primeras páginas desconcierta nuestras perspectivas: no sabemos en ningún momento (tenemos que adivinarlo o deducirlo a partir de ciertas pistas, en hipótesis sucesivas) a qué registro de lectura (o de género literario) atenernos. No sabemos en efecto si estamos ante un «relato histórico» en el sentido pleno de la palabra (por más que toda historia posee un grado de subjetivismo y por tanto de ficción inherente, es una aproximación particular a la Historia). Numerosos pasajes pueden establecerse como historia «real», relato de hechos históricos, y presentan un telón de fondo documentado con precisión: la caída del régimen nazarí de Granada. Reconstrucción histórica en la que el narrador opone su visión a la versión «oficial» de los hechos, establecida por parte de los vencedores... Ahora bien, no estamos normalmente ante una reconstrucción histórica del pasado, y el lector debe cambiar continuamente de «chip», de código de lectura. La obra se presenta de modo general como una reconstrucción novelada del pasado, en la que el narrador sitúa unos personajes fictivos y unos hechos en un contexto histórico (el visitante castellano -¿espía?-; el poeta Medjnôun, el niño-adolescente Zaïd, su amor por Simha; la muerte de ésta, la captura de aquél por los soldados de la Inquisición)... El escritor intenta recrear ante los ojos del lector la desaparición de una civilización, el destino trágico de Granada. A través de los personajes inventados, el lector no sólo conoce, sino siente, se alegra, se duele, se implica, hace suya la historia. Aragón incluye así leyendas y anécdotas legadas por la transmisión oral del pueblo: decapitación de los Abencerrajes, orígen del nombre de la Puerta de la Justicia, muerte de Moûssa, no-remisión de las llaves de la ciudad por parte de Boabdil a los Reyes, presencia de los gitanos en el Sacromonte... Mediante la mezcla de lo real y de lo fictivo, el lector trasciende la razón, y se sitúa naturalmente en el universo de la ficción, del sueño, de la imaginación. Y, a la vez, el Fou d'Elsa es una recreación poética de tal pasado; poética: es decir, por medio de una palabra poética, que inunda el conjunto de la obra, sea en prosa sea en forma versificada, en una enorme variedad de tipos en cuanto a rimas, estrofas, composiciones y registros...; poética, por cuanto Aragon reconstruye no tanto hechos, como sentimientos y sensaciones universales; poética, por cuanto el motor de la acción es el amor que siente el poeta ElMedjnoûn por Elsa, y más allá del amor concreto, el Amor, el sentimiento amoroso. La mujer como encarnación de tal sentimiento es la esperanza del mundo, de la humanidad: «La femme est l'avenir de l'homme». El procedimiento literario utilizado no consiste en una (pseudo)autobiografía en prosa (puesta en boca de un personaje, por ejemplo Boabdil, como en el caso del Manuscrito carmesí, de Antonio Gala, que introduce igualmente algunas poesías y cantos), sino por la creación de un narrador múltiple, heterodiegético (ajeno a la historia: el narrador omnisciente del relato histórico, que se interna en los pensamientos y sensaciones de sus personajes, que interviene como tal en la obra), y homodiegético (presente en la propia historia: personajes históricos (como Boabdil), y personajes fictivos, como el extranjero, el niño-adolescente Zaïd, mujeres del harén, prisioneros, el músico ciego, el pueblo, etc., y el poeta Medjnoûn (desdoblamiento de un yonarrador homodiegético, el autor-Aragon), encarnación a su vez del poeta persa Keïs-an-Nadji. Voz del poeta universal en que funden su voz innumerables poetas del amor: Orfeo, Dante, San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Lorca... Y el lector accede así a la intemporalidad: por medio de anticipaciones (prolepsis) motivadas por la similitud en las vivencias y sensaciones, a-históricas o universales: el bombardeo de Ronda trae al narrador a la memoria el bombardeo de Dunkerque, en la segunda guerra mundial; los jóvenes árabes, «blasfemadores» y gamberros son asimilados en sus comportamientos a los «blousons noirs» actuales; Simha viiolada y muerta en la noche del saqueo de Granada conquistada nos trae a la memoria las violaciones colectivas por parte de soldados alemanes... Por medio de un yo-intemporal múltiple, la obra trasciende el tiempo real, la palabra se convierte en magia, y se rompen los códigos de composición habituales: en cuanto al discurso narrativo-poético, y en cuanto al género literario. El discurso (la palabra) del narrador externo se transforma a voluntad en psicorelato, o en discurso interior (de un yo homodiegético repartido en una multitud de personajes), sin solución de continuidad: «Y si yo fuera el Loco, o si yo fuera lo que él ha soñado; y si fuera a la inversa, y soy yo el que ha soñado con él». La historia se convierte en ficción poética, en una novela polifónica en la que la multiplicidad de narradores y discurso se funden en la Poesía, para dar lugar a un poema-relato, a una obra inclasificable, imposible. Ya que siguen los tiempos de la incomprensión, del oprobio, del racismo, de los nacionalismos egoístas y cortos de miras, del odio y de la guerra que Aragon vilipendia, me voy a permitir traducir un pasaje de una poesía que, como no nativo de Granada, aprecio con especial cariño: UN HABITANTE DE LA VEGA IMPROVISA UN POEMA COMO RESPUESTA AL EXTRANJERO Que sea Alá o Jesús a quien sierva mi dueño No me es indiferente Aunque en lo único en que creo es lo llena o vacía que está mi escudilla Mire usted No es por los huertos hinchados de miel Ni por las minas o la plata lavada en el río Por lo que estamos dispuestos a morir sino por Andalucía Por ese crisol del hombre y de la dulzura Esa espalda de carne en la que me apoyo al final de mi jornada Por el olor del jazmín en el descanso de la tarde Y el Judío está más cerca de mi corazón sin duda Que en Granada ha crecido Que el Bereber que viene de más allá del mar con su barba azulada Y que se me parece o el Castellano que tiene del Moro en su sangre más de lo que piensa [...] No quiero que un Bereber rey de aquí me ordene Que tire el vino por respeto a la religión Ni Que el obispo de Córdoba llegue con ese pretendido rey de España Para quemar a cuantos no comparten su fe Al primero le digo que La Meca está del otro lado Que vaya al desierto a alimentarse como la perdiz Y a ese monarca con el pelo comido por las garrapatas Que mire la delgadez de su pueblo antes de invadir mi viña No nos contentamos con una cebolla y pan de centeno Hemos inventado la rima y la música para los demás y para nosotros Porque compartimos todo los placentero y lo útil Con quien viene pacíficamente a sentarse en nuestra tierra cálida y fértil Y con quien aprenda de nosotros a injertar el árbol y a cultivar las flores Donde hemos traído el agua de muy lejos con astucia y con la rueda Y si mi hija entonces le abre su vestido Que gocen del placer juntos Así El extranjero pierde hasta la memoria de otra cosa que no sea Andalucía Así la luz andaluza entra en él como el manantial de las montañas [...] Le Fou d'Elsa, págs. 36-37, París, Gallimard, NRF.