español - Eurologos
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Conferencia de Sandrine Olejnik, directora de los departamentos de terminología del Grupo Eurologos, pronunciada en mayo de 1999, en el congreso de la Asociación Europea de Terminología en París, sobre el tema: MUNDIALIZACIÓN DE LOS MERCADOS INDUSTRIALES Y TERMINOLOGÍA MULTILINGÜE LA TERMINOLOGÍA APLICADA A LOS SERVICIOS DE TRADUCCIÓN Y DE EDITING MULTILINGÜE Cómo el imperativo de las exportaciones origina la terminótica. La creciente mundialización de las economías y el grado avanzado de globalización de los mercados provoca que las empresas de todos los países se vean obligadas a exportar sus productos y servicios. La competencia internacional que se deriva de este hecho maximiza la importancia de la comunicación publicitaria y técnica- para los mismos productos y serviciosen la búsqueda implacable de la competitividad. Así, las palabras que establecen esta comunicación– los desplegables de presentación, las instrucciones, los argumentarios de venta, etc se convierten en partes integrantes de los productos y servicios. Muchas veces constituyen incluso sus principales factores diferenciadores. La calidad garantizada de los tecnolectos se transforma, en cada vez más lenguas, en el requisito para la conquista de todos los mercados. Por otra parte, puesto que las necesidades del márketing hacen que las traducciones publicitarias y comerciales se transformen en técnicas y viceversa, la precisión lingüística y el estilo atractivo se aúnan de forma inevitable. La terminótica se presenta entonces como la herramienta decisiva para la producción de esta nueva literatura comercial y multilingüe, abundantísima, que ha de ser poseer un alto grado de calidad. Cuando aparecieron las nuevas tecnologías que han permitido unir la terminología y la informática (nacimiento de la terminótica), surgió una pequeña élite, muy reducida, de empresas de traducción que invirtió en las plataformas de red y en diferentes programas de terminología. Con el paso de los años, parece que el sistema Trados se ha impuesto como el favorito. Casi una década después de la creación de los primeros departamentos operativos de terminología, me gustaría hablarles ahora de los principales problemas a los que se enfrentan estas empresas. En primer lugar, el marco de esta evolución. Parecen definirse tres líneas directrices en la estrategia de márketing de estas empresas con vistas a producir la Calidad Total en el ámbito de los servicios lingüísticos. Este concepto se ha convertido entre tanto en una exigencia de las empresas clientes. La multinacionalización de las empresas de traducción o la relocalización de las lenguas. Toda empresa de traducción que quiera situarse entre las principales del mercado internacional debe ser Multinacional, Multilingüe y Multimedia: las empresas conocidas como Tres M. Multinacional: puesto que se ha de producir la lengua allí donde se habla -la calidad del geoestilo y los costes de producción así lo exigen- es preciso que la agencia de traducción cuente con una red internacional y bien localizada de oficinas: relocalizar las lenguas. Multillingüe: la producción de documentos comerciales y publicitarios es cada vez más plurilingüe y exige la gestión de tecnolectos específicos mediante la utilización de la tradúctica más moderna (terminología y memorias de traducción gestionadas in situ: requisitos del geomárketing) Multimedia: no basta con producir textos, por muy multilingües y relocalizados que sean: también es preciso compaginarlos para la impresión en soporte papel, CD o incluso localizarlos en Internet si se trata de Web publishing: el proceso de control de la calidad debe extenderse hasta la fase pre-press para lograr la adecuación entre el texto y el formato. Para hacer frente a la creciente tecnicidad de los documentos multilingües, en el proceso de traducción se ha impuesto el empleo de la ingeniería lingüística de forma natural o, de hecho, de forma artificial. Los manuales, catálogos y otros prospectos plurilingües no pueden traducirse a la perfección sin un empleo sistemático de las terminologías apropiadas y convenientemente memorizadas. En estrecha colaboración con los clientes, hay que construir, desarrollar y garantizar la gestión de los tecnolectos de cada empresa. Actualmente, los traductores integrados en el proceso de producción y que disponen de memorias de traducción garantizan la homogeneidad fraseológica y terminológica de sus textos, con el consiguiente aumento de calidad y de productividad. La multinacionalización de las empresas de traducción o la relocalización de las lenguas. A pesar de todo, no se nos oculta el hecho de que la instalación y la gestión de un departamento de terminología dentro de una empresa de traducción no resulta siempre fácil. • En primer lugar, el problema de invertir fuertemente en equipos terminológicos, en los programas informáticos y sobre todo en personal. Esto sigue suponiendo una barrera considerable que pocas empresas osan o se permiten franquear. La actividad terminológica exige una dedicación de años antes de ser rentable. Las bases de datos deben alimentarse constantemente con términos aprobados antes de revelarse eficaces. También requieren una vigilancia constante a fin de evitar cualquier problema de ocurrencias múltiples, el mayor riesgo cuando las bases de datos alcanzan una cierta dimensión. • Sucede igualmente que muchos traductores albergan dudas en cuanto a la utilidad del trabajo terminológico, hasta el punto de que incluso terminólogos experimentados tienen dificultades para que se reconozcan las ventajas profesionales y económicas de su actividad. Así pues, los traductores se quejan de no encontrar en el momento oportuno el término apropiado o cuando el término existe, no aparece en la lengua deseada... la impaciencia con la rentabilidad en traducción genera decepciones demasiado rápido. • Por último se encuentra la dificultad de aprobar los glosarios. Para que el repertorio compilado por los terminólogos pueda emplearse en las traducciones de los documentos del cliente, dicho repertorio debe recibir el visto bueno de sus técnicos. Ya lo sabemos, un concepto (un significado) ha de ser designado por un único término (significante) en todo el documento. Finalmente, incumbe al cliente (o a sus filiales/distribuidores) el elegir el mejor término o al menos, participar en su aprobación “definitiva”. El cliente no siempre realiza esta operación con rapidez, debido a la falta de tiempo, de cultura profesional y de presupuesto. A pesar de estos obstáculos, sigo pensando que la terminología, y más en general la terminología lingüística son en efecto, el futuro de la traducción. La relativa ignorancia acerca de esta disciplina ralentiza su introducción en las empresas. Así, a excepción de empresas especialmente alemanas y de algunas grandes multinacionales que han olfateado la baza que suponen los tecnolectos plurilingües convenientemente localizados, muy pocas empresas pueden invertir en este ámbito, dado lo reticente del personal. Es preciso reconocer que acabamos de comenzar a esforzarnos por la introducción de las nuevas tecnologías en una profesión tan ligada tradicionalmente – como es lógico- al papel y al bolígrafo. No solamente las empresas de traducción sino también la AET y las escuelas de traducción tienen aún mucho trabajo por delante. Gracias, Sandrine Olejnik